La prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, salió al paso de las declaraciones de Luisa González, presidenta del movimiento Revolución Ciudadana (RC), luego de que esta cuestionara el rol de los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) en la conducción política del correísmo. González criticó a autoridades locales por su supuesta alineación o posición frente a la línea política del movimiento, mencionando, sin nombrar, que algunos debían “debatir sobre el fraude electoral y felicitar a una Asamblea Nacional que ataca a nuestros compañeros”.
Aguiñaga defiende su gestión y trayectoria
En respuesta, Aguiñaga enfatizó la diferencia entre la acción política y la retórica en redes sociales: “Cómo quisiera que vivas lo que significa ganar una seccional, administrar, responder y demostrar que la oposición también se ejerce con hechos”, escribió en su cuenta de X. La prefecta destacó que, pese a enfrentar persecución, ingratitud e infamias, su compromiso con el proyecto político permanece intacto.
Críticas internas y necesidad de renovación
Aguiñaga cuestionó el tono de las críticas internas dentro de RC: “Me incomoda que, en lugar de ser compañeros, algunos usen los espacios para intentar descalificar a quienes siempre nos hemos fajado por este proyecto”. La tensión se reflejó también en una carta enviada al expresidente Rafael Correa, en la que Aguiñaga y otros líderes territoriales señalaron la falta de diálogo y coordinación dentro del movimiento, subrayando la necesidad de un “refresh” para revitalizar la estructura y el estilo político de RC.
Experiencia frente a la gestión local
La prefecta remarcó que su enfoque ha cambiado con las responsabilidades adquiridas: “Antes era más beligerante, ahora hago la pausa porque las responsabilidades a mi cargo jamás las tuve antes”. De esta manera, busca diferenciar su gestión práctica en los GAD de la retórica política nacional, enfatizando que gobernar requiere acción y resultados, no solo declaraciones en redes sociales.
Conclusión
La respuesta de Marcela Aguiñaga a Luisa González evidencia una creciente tensión interna dentro de Revolución Ciudadana, donde la experiencia en la gestión territorial choca con la dirección política nacional. Aguiñaga se posiciona como una figura que prioriza la acción y la gobernabilidad sobre la confrontación mediática, dejando claro que su compromiso con el movimiento persiste, aunque reclama mayor respeto y coordinación interna.