La noche del 20 de noviembre de 2025 se inscribió con letras doradas en la historia de los concursos de belleza, especialmente para México. En el deslumbrante escenario del Impact Arena en Pak Kret, Tailandia, Fátima Bosch Fernández, la representante de México, se alzó con la codiciada corona, convirtiéndose en la cuarta mexicana en lograr el título de Miss Universo. Su triunfo fue la culminación de un certamen cargado de talento, moda y, para ella, incluso de controversia.
Fátima, originaria del estado de Tabasco y licenciada en Diseño de Indumentaria y Moda, demostró desde el inicio de la competencia preliminar ser una candidata formidable. Su pasarela en traje de baño blanco con motivos dorados y su elegancia en el traje de noche, un diseño espectacular en color rojo con bordados dorados y una capa larga, la perfilaron rápidamente como una de las grandes favoritas. Su trayectoria en la noche final fue impecable: fue una de las primeras mencionadas para asegurar su lugar en el Top 30, consolidó su posición en el Top 12 y, finalmente, brilló entre las cinco finalistas, superando a fuertes competidoras de Venezuela, Tailandia, Filipinas y Costa de Marfil.
El momento definitorio, como en todo concurso de Miss Universo, fue la ronda de preguntas. La mexicana cautivó al jurado no solo con su seguridad, sino con un mensaje poderoso y personal. Cuando se le preguntó cómo usaría la plataforma para empoderar a las mujeres jóvenes, Fátima respondió: “Como Miss Universo les diría que crean en el poder de su autenticidad. Crean en ustedes mismas porque sus sueños importan, su corazón importa. Y nunca permitan que nadie las haga dudar de sí mismas y de su valor. Porque valen mucho.”
Esta respuesta tuvo un eco particular, dado un escándalo que la rodeó días antes de la final. Fátima había sido increpada públicamente por un ejecutivo del certamen por no subir suficiente contenido a sus redes sociales sobre el país sede, a lo que la mexicana respondió exigiendo respeto y afirmando: "Yo no soy una muñeca para estarla maquillando, peinando y cambiándole la ropa. Yo vine aquí para ser una voz de todas las mujeres y todas las niñas que luchan por causas". Este episodio, lejos de debilitarla, pareció consolidar su imagen como una reina auténtica y fuerte.
La victoria de Fátima Bosch no solo le otorga la corona, estimada en un valor que supera los 5 millones de dólares debido a sus materiales y artesanía, sino también un paquete de beneficios millonario. Esto incluye la residencia en un apartamento de lujo en Nueva York durante su reinado, todos sus traslados cubiertos, un equipo profesional de apoyo y, lo más importante, una plataforma global para impulsar el cambio. Su deseo es ser recordada como una Miss Universo que "no tuvo miedo de ser ella misma" y que "cambió el prototipo" de lo que debe ser una reina de belleza. Con este triunfo, México celebra y el mundo entero espera ver el impacto que esta nueva reina de 25 años y con un máster en diseño de modas dejará durante su año de reinado.