Este martes 25 de noviembre de 2025, el calendario marca la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha que trasciende el simbolismo para convertirse en un potente motor de protesta global y un recordatorio urgente de la deuda pendiente que los Estados tienen con la mitad de su población. A lo largo del planeta, desde Ciudad de México hasta Quito, pasando por Madrid y otras capitales, miles de mujeres se congregan en marchas pacíficas para exigir a sus gobiernos una respuesta efectiva y definitiva ante una crisis que, lejos de amainar, parece agudizarse con el paso del tiempo.
El panorama que enmarca este $25N$ es sombrío. Informes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han puesto en relieve datos escalofriantes, especialmente en países de América Latina. En Ecuador, por ejemplo, la ONU ha alertado que la violencia contra la mujer ha escalado a niveles críticos, registrando un aumento del $350\%$ en las muertes violentas de mujeres en los últimos cuatro años. Este incremento es una manifestación directa de la compleja crisis de seguridad y narcotráfico que vive el país, donde la violencia social y la de género se intersectan de manera letal. La capital ecuatoriana, a pesar de las celebraciones en curso por las Fiestas de Quito, ve cómo la convocatoria para la Marcha por la No Violencia Contra la Mujer se mantiene firme, poniendo la exigencia de seguridad y garantías por encima de cualquier agenda festiva.
La jornada conmemorativa también sirve para honrar la memoria de las víctimas. En España, por ejemplo, el Parlament ha convocado un simbólico encendido de velas en recuerdo de las mujeres asesinadas en el transcurso de 2025 por violencia machista. Este acto subraya la necesidad de que la sociedad y el Estado de Derecho no olviden a ninguna víctima, promoviendo el máximo respeto, dignidad y amparo, e instando a evitar la politización del dolor.
Un nuevo frente de batalla se ha abierto en el ámbito digital. La violencia contra la mujer en plataformas en línea se ha convertido, según la ONU, en una "seria y rápida amenaza" diseñada para silenciar las voces femeninas, particularmente aquellas con una presencia pública y digital relevante en ámbitos como la política, el activismo o el periodismo. Las organizaciones piden a las empresas tecnológicas y a los gobiernos que desarrollen herramientas y legislaciones más robustas para combatir el acoso, las amenazas y la difusión de contenido íntimo no consentido, elementos que buscan revertir los avances en la participación femenina en el debate público.
El origen de esta conmemoración se remonta al brutal asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), ocurrido el 25 de noviembre de 1960 en República Dominicana por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Su sacrificio se ha transformado en un símbolo mundial de la resistencia. Hoy, el movimiento feminista global, englobado bajo el término $25N$, no solo mira hacia el pasado, sino que proyecta demandas concretas:
- Fortalecimiento Institucional: Dotar de mayores recursos a las fiscalías especializadas, casas de acogida y sistemas de protección para víctimas.
- Educación con Enfoque de Género: Implementar programas educativos que combatan los estereotipos machistas desde la infancia.
- Garantías de Cifras Reales: Mejorar los mecanismos de recolección de datos sobre femicidios y violencia de género para dimensionar la magnitud del problema.
- Acceso a la Justicia Efectiva: Acortar los tiempos de respuesta legal y eliminar la revictimización en los procesos judiciales.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se ha unido al llamado con el lanzamiento de las nuevas estimaciones de la prevalencia de la violencia contra las mujeres en la región de las Américas, dando inicio a los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género. La OPS insiste en que la construcción de entornos seguros, saludables y libres de violencia es una tarea que involucra a servicios de salud, instituciones gubernamentales, comunidades y, crucialmente, a los hogares.
En conclusión, este $25N$ se erige como una jornada de denuncia ineludible y de fuerte presión política. Mientras miles de mujeres claman que "la vida y la dignidad no se negocian", la comunidad internacional evalúa el fracaso o el avance de las políticas públicas en la materia, reconociendo que la erradicación de la violencia de género es el verdadero termómetro de la madurez democrática de cualquier nación.