Un autobús interparroquial que perdió los frenos sería el causante de la tragedia matutina. Organismos de socorro trabajaron por horas para liberar a heridos atrapados entre los fierros retorcidos.
(Quito, 10 de noviembre de 2025) — La mañana de este lunes inició con tragedia y colapso para los habitantes de Quito. La Avenida Simón Bolívar, arteria periférica conocida tristemente por su alta siniestralidad, fue escenario de un nuevo y dantesco siniestro de tránsito que involucró a al menos 12 vehículos, dejando un saldo preliminar de más de 15 heridos de diversa gravedad y paralizando por completo la movilidad en el nororiente de la capital.
El hecho ocurrió pasadas las 07:15, en plena hora pico, a la altura del sector de Monjas. Según los primeros informes de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) y testimonios de conductores afectados, un autobús de transporte interparroquial que circulaba en sentido sur-norte habría sufrido una falla mecánica crítica —presuntamente una pérdida total de frenos— en la pendiente descendente. Sin control, la unidad impactó violentamente contra una fila de vehículos livianos que circulaban a baja velocidad debido a la congestión habitual de la hora.
La escena fue caótica. Automóviles quedaron reducidos a chatarra, algunos volcados sobre la vía y otros aprisionados contra las barandas de seguridad. Equipos del Cuerpo de Bomberos de Quito tuvieron que desplegar herramientas hidráulicas de extricación para rescatar a varios conductores que quedaron atrapados en las cabinas de sus vehículos. Los heridos más graves fueron trasladados de urgencia en helicóptero y ambulancias a los hospitales Eugenio Espejo y De los Valles, mientras que los paramédicos atendían a decenas de personas con crisis nerviosas y golpes menores en la calzada.
El impacto del siniestro trascendió la tragedia humana inmediata. El cierre total de la Avenida Simón Bolívar en sentido sur-norte por más de cinco horas provocó un efecto dominó en el tránsito de toda la ciudad. Rutas alternas como la Avenida Oriental, la Autopista General Rumiñahui y las vías internas de los valles de Cumbayá y Tumbaco colapsaron completamente, dejando a miles de quiteños atrapados en sus vehículos y llegando tarde a sus lugares de trabajo y estudio.
Este nuevo incidente reaviva el eterno debate sobre la seguridad en la Simón Bolívar, una vía rápida que, según expertos en movilidad, carece de las condiciones técnicas adecuadas para el volumen y velocidad de tráfico que soporta diariamente. Colectivos ciudadanos han vuelto a exigir al Municipio de Quito medidas urgentes y estructurales, más allá de los radares de velocidad, para frenar la racha de muertes en esta "carretera de la muerte". Mientras las grúas terminaban de retirar los escombros pasado el mediodía, la ciudad intentaba recuperar su ritmo normal, con la amarga certeza de que, sin cambios profundos, una tragedia similar es solo cuestión de tiempo.