Quito, 4 de diciembre del 2025.
A un año del inicio del Mundial 2026, las principales selecciones ya empiezan a perfilar a las figuras que podrían convertirse en las grandes revelaciones del torneo. Con el relevo generacional en marcha, una nueva camada de futbolistas jóvenes y talentosos se posiciona como protagonista del mayor evento del fútbol mundial.
Entre los nombres más mencionados por analistas y medios especializados destaca Lamine Yamal, la joven estrella española que, con apenas 17 años, ha deslumbrado en Europa por su desequilibrio, velocidad y madurez táctica. Su aporte ofensivo lo perfila como uno de los jugadores más determinantes del torneo.
En Sudamérica, el ecuatoriano Kendry Páez se erige como una de las promesas más emocionantes. Su creatividad, visión de juego y capacidad para asumir responsabilidades a temprana edad han captado la atención de clubes y selecciones. Ecuador lo proyecta como pieza fundamental para dar un salto histórico en la Copa del Mundo.
Brasil, como es habitual, también presenta una joya: Endrick, delantero de gran potencia física y efectividad, quien ya genera comparaciones con leyendas del fútbol brasileño. Su llegada a Europa ha reforzado su evolución, convirtiéndolo en una amenaza para cualquier defensa mundialista.
En el ámbito defensivo, el neerlandés Jorrel Hato aparece como uno de los proyectos más sólidos. Su versatilidad para jugar como central o lateral, sumada a su madurez pese a su corta edad, lo posiciona como un elemento clave para la selección de Países Bajos.
Los especialistas coinciden en que esta generación combina talento, frescura y un impacto inmediato en sus selecciones, lo que podría definir nuevos protagonistas y cambiar el rumbo de partidos decisivos. Con el Mundial 2026 acercándose, el mundo del fútbol pone su mirada en estas jóvenes figuras que aspiran a convertirse en las grandes estrellas del futuro.
A un año del inicio del Mundial 2026, las principales selecciones ya empiezan a perfilar a las figuras que podrían convertirse en las grandes revelaciones del torneo. Con el relevo generacional en marcha, una nueva camada de futbolistas jóvenes y talentosos se posiciona como protagonista del mayor evento del fútbol mundial.
Entre los nombres más mencionados por analistas y medios especializados destaca Lamine Yamal, la joven estrella española que, con apenas 17 años, ha deslumbrado en Europa por su desequilibrio, velocidad y madurez táctica. Su aporte ofensivo lo perfila como uno de los jugadores más determinantes del torneo.
En Sudamérica, el ecuatoriano Kendry Páez se erige como una de las promesas más emocionantes. Su creatividad, visión de juego y capacidad para asumir responsabilidades a temprana edad han captado la atención de clubes y selecciones. Ecuador lo proyecta como pieza fundamental para dar un salto histórico en la Copa del Mundo.
Brasil, como es habitual, también presenta una joya: Endrick, delantero de gran potencia física y efectividad, quien ya genera comparaciones con leyendas del fútbol brasileño. Su llegada a Europa ha reforzado su evolución, convirtiéndolo en una amenaza para cualquier defensa mundialista.
En el ámbito defensivo, el neerlandés Jorrel Hato aparece como uno de los proyectos más sólidos. Su versatilidad para jugar como central o lateral, sumada a su madurez pese a su corta edad, lo posiciona como un elemento clave para la selección de Países Bajos.
Los especialistas coinciden en que esta generación combina talento, frescura y un impacto inmediato en sus selecciones, lo que podría definir nuevos protagonistas y cambiar el rumbo de partidos decisivos. Con el Mundial 2026 acercándose, el mundo del fútbol pone su mirada en estas jóvenes figuras que aspiran a convertirse en las grandes estrellas del futuro.
