El Gobierno de Ecuador anunció que el bombeo de crudo por los oleoductos OCP y SOTE se retrasará unos días respecto a lo previsto inicialmente. Según Carolina Jaramillo, vocera oficial, se espera que el OCP retome operaciones el 23 de julio de 2025, mientras que el SOTE lo haría el 26 del mismo mes, siempre y cuando las condiciones climáticas lo permitan.
La decisión responde a precauciones que se han debido tomar a raíz de la erosión regresiva en el río Coca y el río Loco, un fenómeno provocado por lluvias intensas y que viene afectando la estabilidad de las márgenes desde 2020. Estas condiciones han exigido la construcción de variantes (bypasses) y trabajos preventivos en los tramos más vulnerables, especialmente en la provincia de Napo.
Aunque se había anunciado una reapertura para el 17 de julio, Petroecuador no pudo confirmar que esa fecha fuese definitiva debido a retrasos en la conclusión de los trabajos de la variante. Las fuertes lluvias complicaron el progreso y obligaron a una entrega semanal del cronograma.
La paralización, iniciada el 1 de julio, se extendió por al menos tres semanas. Durante este tiempo, la producción de crudo de Petroecuador y compañías privadas cayó cerca del 92 %, y al menos $900 millones en exportaciones se vieron afectadas. Varios pozos petroleros debieron suspenderse y el país tuvo que posponer licitaciones por 15 millones de barriles de crudo Oriente y Napo.
El Gobierno anunció una inversión de USD 2 millones para la variante del SOTE, mientras que el OCP también contó con recursos para su ampliación y monitoreo constante de la zona de riesgo. Según Reuters, el SOTE tiene capacidad para transportar 360 000 barriles por día, y el OCP puede transportar hasta 450 000 barriles.
Además de los oleoductos, la Refinería de Esmeraldas también estará en el centro de atención: tras un incendio en mayo, sus unidades se reactivarían el 25 de julio, aunque existe la opción de extender este inicio hasta el 26 de agosto, según Jaramillo.