Tras años de distanciamiento ideológico, los mandatarios buscan una agenda pragmática centrada en el comercio, la seguridad regional y la lucha contra el crimen organizado transnacional.
(Quito/La Paz, 10 de noviembre de 2025) — En un movimiento que marca un evidente viraje en la geopolítica sudamericana, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, sostuvo hoy su primera reunión bilateral oficial con el flamante presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, apenas 48 horas después de que este último asumiera el mando en La Paz. El encuentro, realizado de manera virtual debido a las agendas urgentes de ambos mandatarios en sus respectivos países, fue calificado por ambas cancillerías como el "reinicio" de una relación histórica que se había enfriado notablemente durante la última década por diferencias ideológicas entre los gobiernos de turno.
El diálogo entre Noboa y Paz se centró en una agenda pragmática, dejando de lado la retórica política que caracterizó a la extinta UNASUR. El punto más urgente tratado fue la seguridad regional. Ambos mandatarios coincidieron en la necesidad de establecer mecanismos de intercambio de inteligencia inmediatos para combatir a las organizaciones criminales transnacionales que utilizan las rutas andinas para el tráfico de drogas, armas y personas. Bolivia, como país productor y de tránsito, y Ecuador, como principal plataforma de exportación hacia mercados internacionales, comparten una amenaza común que requiere una respuesta coordinada y técnica, más que política.
En el plano comercial, se acordó reactivar las comisiones mixtas para revisar los acuerdos arancelarios vigentes en el marco de la Comunidad Andina (CAN). El objetivo es facilitar el intercambio de productos no tradicionales y buscar complementariedad en sectores estratégicos como la agroindustria y la minería responsable. Noboa expresó el interés de Ecuador en aprender de la experiencia boliviana en la industrialización del litio, mientras que Paz mostró interés en los modelos de atracción de inversión privada que impulsa el gobierno ecuatoriano.
Este acercamiento entre Quito y La Paz es visto por analistas internacionales como una señal del nuevo pragmatismo que empieza a imperar en la región, donde las urgencias económicas y de seguridad están desplazando a las antiguas alianzas ideológicas. Para Noboa, fortalecer lazos con un gobierno boliviano que se aleja del "socialismo del siglo XXI" es un paso más en su estrategia de reinsertar a Ecuador en un bloque regional más abierto al mercado y alineado con las democracias liberales de Occidente, de cara a los desafíos globales del 2026.
