En un movimiento inesperado que ha sorprendido al mundo tecnológico, OpenAI , el laboratorio detrás de herramientas revolucionarias como ChatGPT, anunció oficialmente su entrada al mercado del hardware mediante la incorporación de un equipo de elite integrado por algunos de los cerebros más reconocidos del diseño tecnológico global.

Entre ellos se encuentra Jony Ive , exjefe de diseño de Apple y figura clave en el desarrollo del iPhone, iPad e iPod. Ive, junto a antiguos altos ejecutivos de diseño industrial y de producto de Apple —como Evans Hankey y Tang Tan — forman ahora parte del núcleo central de investigación y desarrollo de dispositivos en OpenAI.

Según fuentes cercanas a la compañía, el objetivo es claro: construir dispositivos físicos que integren inteligencia artificial de manera natural, intuitiva y poderosa , sin depender exclusivamente de la nube ni de plataformas existentes.

Aunque todavía no se han revelado detalles específicos sobre las características técnicas ni el propósito exacto de los dispositivos, fuentes internas sugieren que se trata de un nuevo tipo de interfaz entre humanos e IA , que podría funcionar de forma autónoma o complementaria a los smartphones actuales.

“No queremos reemplazar lo que existe”, dijo un ingeniero del equipo bajo condición de anonimato. “Queremos crear algo que haga que lo que hoy llamamos ‘IA’ se sienta más real, más útil, más parte de tu vida diaria.”

Se espera que el primer prototipo esté listo en 2026, y que cuente con sensores avanzados, interfaces conversacionales nativas y un diseño enfocado en la privacidad y accesibilidad universal.

Este salto al mundo físico representa una transformación estratégica para OpenAI, que hasta ahora había centrado sus esfuerzos en el desarrollo de modelos de lenguaje e infraestructura de inteligencia artificial.

Con esta adquisición, OpenAI no solo busca competir con gigantes como Google, Microsoft o Amazon, sino también sentar las bases de una nueva era en la que la IA pase de ser una herramienta invisible a convertirse en un dispositivo tangible, personal y profundamente integrado en nuestras vidas .

Además, el movimiento envía una señal clara: el futuro de la inteligencia artificial no está solo en el software, sino en la experiencia física total del usuario .

La noticia fue recibida con entusiasmo por inversores y analistas del sector, quienes ven en este paso un potencial cambio de paradigma en la industria tecnológica. Sin embargo, también genera preocupación en algunos sectores sobre el monopolio creciente de empresas de IA sobre todos los aspectos del ecosistema digital.

Apple, por su parte, no ha emitido aún una declaración oficial, aunque algunas voces internas de la empresa han expresado sorpresa ante la reunión de tantos ex altos cargos de diseño bajo una sola misión fuera del control de Cupertino.

¿Será este dispositivo el comienzo de una nueva era? ¿O simplemente un experimento costoso que nunca llegue al consumidor final? Nadie lo sabe aún. Pero una cosa sí parece clara: la inteligencia artificial ya no solo se ve en pantallas. Pronto, podrá tener peso, forma y lugar en tus manos.