Quito, 18 de agosto del 2025.
Lo que deben saber los estudiantes sobre su salud antes de ingresar a la universidad.
La transición de la escuela secundaria a la universidad representa uno de los cambios más significativos en la vida de un joven. Más allá de los retos académicos y sociales, este nuevo ciclo implica asumir una mayor responsabilidad sobre la propia salud y el bienestar físico y emocional. Prepararse adecuadamente en este aspecto puede marcar una diferencia importante en la experiencia universitaria.
Uno de los primeros puntos a considerar es la salud preventiva. Antes de ingresar a la universidad, los estudiantes deben asegurarse de tener al día todas sus vacunas, incluyendo las que protegen contra meningitis, hepatitis y virus del papiloma humano, ya que la vida en residencias estudiantiles y el contacto frecuente con compañeros aumenta los riesgos de contagio. Además, es recomendable realizar un chequeo médico general que incluya exámenes de sangre, revisión odontológica y oftalmológica.
La salud mental es otro factor clave. La presión académica, la adaptación a un nuevo entorno y la distancia de la familia pueden generar episodios de ansiedad, depresión o estrés. Por ello, resulta fundamental que los jóvenes conozcan los servicios de apoyo psicológico que ofrece la universidad y que aprendan estrategias para el manejo emocional, como técnicas de relajación, organización del tiempo y hábitos de descanso adecuados.
En cuanto a la alimentación, la vida universitaria suele venir acompañada de horarios irregulares y opciones rápidas de comida poco saludable. Adoptar desde el inicio una dieta equilibrada, con frutas, verduras y suficiente agua, puede ayudar a mantener la concentración y energía. Del mismo modo, la práctica regular de actividad física es indispensable para prevenir enfermedades y favorecer el bienestar general.
Otro aspecto que no debe pasarse por alto es la educación sexual y reproductiva. Estar informados sobre métodos anticonceptivos, infecciones de transmisión sexual y el consentimiento es esencial para vivir esta etapa con responsabilidad y seguridad.
Finalmente, los expertos sugieren que los estudiantes desarrollen una autonomía en el cuidado de su salud: aprender a solicitar citas médicas, entender sus antecedentes clínicos, llevar un registro de alergias o medicamentos y reconocer síntomas que requieren atención inmediata.
En conclusión, llegar a la universidad con una preparación integral en materia de salud permite que los jóvenes no solo enfrenten mejor los desafíos de esta etapa, sino que también construyan una base sólida para su futuro bienestar.