Quito, 22 de mayo de 2025 
 
Lo que debería ser una alternativa rápida y segura de transporte se ha convertido en una experiencia cargada de incertidumbre y peligro. Los usuarios del Corredor Central Norte de Quito denuncian a diario fallas mecánicas, retrasos prolongados y hechos de inseguridad dentro de las unidades.

Según los testimonios recogidos, las unidades del sistema metropolitano de transporte presentan constantes averías. “El bus se quedó sin frenos a media bajada y tuvimos que bajarnos con miedo”, relató Maritza Ávila, una usuaria frecuente. A esto se suma el deterioro visible de muchas paradas y la falta de vigilancia en horas pico y nocturnas.

Un informe reciente del Observatorio de Movilidad Urbana de Quito revela que al menos el 60% de los buses que operan en este corredor tienen más de 15 años de uso, superando su vida útil recomendada. Además, se han reportado más de 200 incidentes relacionados con fallas técnicas en lo que va del año.

El Municipio ha reconocido la problemática, pero los usuarios critican la lentitud de las soluciones. “No basta con promesas. Necesitamos buses que funcionen y un sistema que nos respete”, opinó Carlos Ruiz, otro pasajero afectado.

Mientras tanto, miles de quiteños continúan exponiéndose cada día, obligados a utilizar un sistema que, en lugar de facilitar la movilidad urbana, se ha convertido en una fuente de estrés y peligro.

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