Quito, 16 de Agosto del 2025.
El ADN viral antiguo: una pieza clave en el inicio de la vida humana.
Un estudio reciente realizado por un equipo internacional de científicos ha revelado que fragmentos de antiguos virus, integrados en nuestro genoma hace millones de años, podrían desempeñar un papel crucial en las primeras fases del desarrollo humano.
De “ADN basura” a regulador genético.
Cerca de la mitad del ADN humano está compuesto por restos de virus antiguos, conocidos como elementos transponibles. Durante mucho tiempo se pensó que eran simples secuencias sin utilidad, pero nuevas investigaciones demuestran que algunos de estos fragmentos cumplen funciones esenciales.
El equipo de expertos analizó células madre y células nerviosas en estado inicial, identificando que ciertas familias de estos elementos, especialmente MER11_G4, actúan como interruptores que encienden o apagan genes fundamentales en las primeras etapas del embrión.
Un hallazgo con implicaciones evolutivas.
El descubrimiento sugiere que estos fragmentos virales no permanecen inactivos, sino que intervienen activamente en la organización del genoma y en el modo en que se expresan los genes. Al comparar las diferencias entre humanos, chimpancés y macacos, los investigadores proponen que estas secuencias habrían influido en los caminos evolutivos que nos dieron características biológicas propias.
Voces de los científicos.
El doctor Fumitaka Inoue, de la Universidad de Kioto, destacó que, aunque el genoma humano fue secuenciado hace más de dos décadas, todavía queda mucho por comprender. “Los elementos transponibles no son simples fósiles genéticos, probablemente han moldeado la evolución de nuestra especie”, afirmó.
Por su parte, el doctor Xun Chen, de la Academia China de Ciencias, enfatizó que el hallazgo abre nuevas posibilidades en medicina: comprender y manipular estos fragmentos podría ayudar a explicar el origen de ciertas enfermedades y, eventualmente, servir para diseñar terapias génicas más efectivas.
Un cambio de paradigma en la biología.
En los últimos años, diferentes investigaciones han comenzado a derribar la idea de que el llamado ADN basura es irrelevante. Estudios previos ya habían demostrado que secuencias virales antiguas están implicadas en funciones vitales, como la formación de la placenta o la defensa contra virus actuales. Este nuevo trabajo refuerza esa visión, mostrando que los virus ancestrales dejaron una huella que sigue siendo decisiva en la construcción de la vida.