La medida busca agilizar la entrada de suministros vitales ante la inminente hambruna en el norte de la Franja. Israel mantiene el control de seguridad perimetral mientras continúan las negociaciones para una tregua duradera.
(Washington D.C./Jerusalén, 10 de noviembre de 2025) — En un giro significativo de su política hacia el conflicto en Medio Oriente, el gobierno de Estados Unidos anunció hoy que asumirá un papel directo y principal en la coordinación y distribución de la ayuda humanitaria dentro de la Franja de Gaza. Esta decisión, que desplaza en la práctica a las autoridades israelíes de la gestión logística de la asistencia, responde a la creciente presión internacional y a los informes alarmantes de organismos de la ONU que advierten sobre una hambruna inminente, especialmente en el norte del enclave palestino.
Según fuentes del Departamento de Estado, el plan contempla el despliegue de personal civil y contratistas especializados —no tropas de combate estadounidenses sobre el terreno— que trabajarán en coordinación con agencias internacionales y ONGs locales. El objetivo es establecer corredores seguros y puntos de distribución que no dependan de los estrictos y a menudo lentos protocolos de inspección israelíes, que han sido criticados por crear cuellos de botella deliberados. Israel, por su parte, mantendrá el control de seguridad en el perímetro de Gaza y conservará el derecho de inspeccionar los cargamentos antes de su entrada inicial para evitar el contrabando de armas.
La reacción del gobierno israelí ha sido mixta. Aunque públicamente han aceptado la medida como un "mecanismo temporal de cooperación con un aliado clave", sectores de la línea dura dentro de la coalición gobernante han expresado su malestar, considerando que esto podría erosionar su control sobre el territorio y dar un respiro indirecto a Hamás. Sin embargo, la presión de Washington, su principal proveedor de ayuda militar, parece haber sido determinante para que Tel Aviv acepte este nuevo esquema.
En el terreno diplomático, las negociaciones para una tregua más amplia y la liberación de los rehenes restantes continúan en un punto muerto frágil. Mediadores de Qatar y Egipto esperan que este mayor involucramiento estadounidense en el aspecto humanitario pueda servir como una medida de confianza que facilite un eventual cese al fuego duradero. Mientras tanto, para los civiles en Gaza, que enfrentan su segundo invierno bajo condiciones de devastación casi total, cualquier aumento en el flujo de alimentos y medicinas es una cuestión de vida o muerte inmediata, más allá de las implicaciones geopolíticas.
Este movimiento marca una apuesta arriesgada para la administración estadounidense, que ahora tendrá una responsabilidad directa sobre el bienestar de la población gazatí, exponiéndose a críticas si la situación humanitaria no mejora visiblemente en el corto plazo.