Pekín, 2 de septiembre de 2025.
El desfile militar en China proyecta la idea de un nuevo orden mundial.
Con una demostración de fuerza sin precedentes, China celebró un imponente desfile militar en la plaza de Tiananmen, donde el presidente Xi Jinping lanzó un mensaje que trasciende lo ceremonial: el mundo, afirmó, se encuentra en una encrucijada entre la paz y la guerra.
Una exhibición de poder militar
Miles de soldados marcharon acompañados de armamento de última generación, entre ellos drones hipersónicos, misiles balísticos y parte de la tríada nuclear que coloca a China como un actor central en el equilibrio estratégico global. La parada militar buscó resaltar la modernización de las Fuerzas Armadas chinas, al tiempo que se enviaba un mensaje claro de autoconfianza frente a Occidente.
La presencia de Vladimir Putin y Kim Jong-un como invitados de honor reforzó la narrativa de una alianza política y militar alternativa, donde China se perfila como el eje de un bloque que cuestiona el liderazgo global de Estados Unidos y sus aliados.
Xi y su mensaje al mundo
Durante su intervención, Xi destacó que la humanidad se encuentra ante una disyuntiva: mantener la paz mediante la cooperación o deslizarse hacia el conflicto. Subrayó, además, que el fortalecimiento militar de China no es solo un acto de defensa nacional, sino también una advertencia a quienes, según él, buscan frenar el ascenso del país en el escenario internacional.
El discurso se interpretó como un llamado a redefinir el orden mundial, colocando a China en un papel de liderazgo frente a los países del llamado "Sur Global" y reforzando la narrativa de que el poder ya no reside únicamente en Occidente.
Implicaciones geopolíticas
Analistas internacionales advierten que este desfile no solo se trató de una ceremonia patriótica, sino de una demostración geopolítica cuidadosamente planificada. La exhibición de tecnologías militares avanzadas y la presencia de aliados estratégicos en Pekín reflejan un desafío directo al sistema internacional dominado por Estados Unidos.
Medios occidentales como Reuters y The Guardian señalaron que el evento puede interpretarse como un intento de proyectar un nuevo bloque internacional autoritario, aunque también advirtieron que el simbolismo no siempre se traduce en capacidad real de transformación del sistema global.
Conclusión
El desfile militar en Pekín consolidó la imagen de una China que busca ser vista como la principal potencia emergente y que, junto a Rusia y Corea del Norte, pretende demostrar que existe una alternativa al orden establecido tras la Guerra Fría. El mensaje de Xi Jinping, pronunciado bajo la atenta mirada de aliados estratégicos y ante la exhibición de un arsenal de vanguardia, reafirma la ambición china de posicionarse como el epicentro de un nuevo orden mundial.