El pasado 7 de junio de 2025, mientras Miguel Uribe Turbay pronunciaba un discurso en un parque del oeste de Bogotá, fue atacado por un agresor que le disparó dos veces en la cabeza y una vez en la pierna. El senador, de 39 años, fue trasladado de emergencia a una clínica, donde permaneció en estado crítico durante semanas.
Durante este tiempo, su salud mostró algunos signos de mejoría, pero sufrió una hemorragia cerebral que empeoró su condición y llevó a un desenlace fatal. Este hecho ha reabierto el debate en Colombia sobre la violencia política y la seguridad de los líderes públicos.
El desgarrador mensaje de despedida de su esposa
María Claudia Tarazona, esposa de Uribe Turbay, expresó su profundo dolor a través de redes sociales con un emotivo mensaje: “Pido a Dios me muestre el camino para aprender a vivir sin ti”. Añadió: “Descansa en paz amor de mi vida, yo cuidaré a nuestros hijos”, acompañado de una fotografía juntos que refleja el amor y la tristeza por esta pérdida irreparable.
Reacciones y conmoción nacional
La muerte de Miguel Uribe ha generado una ola de solidaridad y consternación en Colombia. Líderes políticos de diferentes sectores han rechazado la violencia y manifestado sus condolencias a la familia y al país. Su legado como una figura política emergente y promesa presidencial queda marcado por este trágico evento que pone en evidencia la urgencia de fortalecer la protección a quienes participan en la vida democrática.
Conclusión
La muerte de Miguel Uribe Turbay representa no solo la pérdida de un político con gran proyección en Colombia, sino también un llamado urgente a erradicar la violencia que amenaza la democracia y la vida de quienes trabajan por el bienestar del país. La familia, amigos y nación entera ahora enfrentan la difícil tarea de sobrellevar esta ausencia mientras continúan luchando por un futuro más seguro y pacífico para todos.