La capital china vuelve a encabezar las listas mundiales de contaminación atmosférica. Según los datos de IQAir, plataforma internacional de monitoreo ambiental, el índice de calidad del aire (AQI) de Pekín alcanzó este 5 de noviembre de 2025 un nivel de 236, clasificado como “muy insalubre” por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto coloca a la ciudad entre las diez más contaminadas del planeta, junto a Lahore (Pakistán), Delhi (India) y Daca (Bangladés).
🌁 Una capa de smog y alerta sanitaria
Las autoridades municipales activaron la alerta naranja por contaminación, la segunda más alta en la escala nacional, ordenando la reducción del tráfico vehicular y la suspensión temporal de obras industriales. El Ministerio de Ecología y Medio Ambiente explicó que la causa principal es una combinación de factores meteorológicos desfavorables y el incremento del uso de carbón para calefacción en la temporada fría.
Imágenes satélites mostraron una espesa capa de smog cubriendo la capital, limitando la visibilidad a menos de 800 metros en algunas zonas. Miles de personas acudieron a centros médicos por problemas respiratorios y oftalmológicos. Las escuelas restringieron las actividades al aire libre y los centros de salud recomendaron evitar exposición prolongada.
🧪 Cifras alarmantes
El nivel de PM2.5 (partículas ultrafinas que penetran los pulmones) superó en más de 23 veces el límite recomendado por la OMS. Según la Universidad de Tsinghua, la contaminación causa cada año más de 1 millón de muertes prematuras en China. Los estudios relacionan la exposición crónica al aire contaminado con incrementos en cáncer de pulmón, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares.
Los niveles actuales también han afectado la operación de aeropuertos y el transporte urbano. El Aeropuerto Internacional de Pekín Capital reportó 50 vuelos retrasados y 12 cancelaciones por baja visibilidad, mientras que las estaciones de metro presentaron un aumento del 30 % en afluencia debido a la reducción del uso de vehículos particulares.
💡 Plan de emergencia y transición energética
El gobierno chino reconoció que a pesar de los avances en energías limpias, la dependencia del carbón sigue siendo crítica. El Plan Nacional de Energía 2025–2030 pretende reducir en un 40 % las emisiones de CO₂ en la próxima década, ampliando la capacidad solar y eólica y cerrando centrales térmicas antiguas. Sin embargo, ambientalistas afirman que las medidas no serán suficientes si no se frena la expansión industrial en las afueras de la capital.
En respuesta, el Ayuntamiento de Pekín anunció nuevas restricciones al uso de automóviles diésel y mayores subsidios para vehículos eléctricos. También se planea un sistema de alerta temprana basado en inteligencia artificial para pronosticar picos de contaminación con 48 horas de anticipación.
🌿 Una batalla por la supervivencia urbana
Pese a los esfuerzos, Pekín continúa como símbolo de los desafíos medioambientales de las megaciudades modernas. Los habitantes han aprendido a convivir con el smog como parte de su vida cotidiana, equipados con mascarillas y purificadores de aire domésticos. Sin embargo, crece la preocupación por el impacto en los niños y adultos mayores, los grupos más vulnerables.
El problema de la contaminación de Pekín es también una advertencia para otras ciudades en rápido crecimiento en América Latina y África, donde la urbanización acelerada y la dependencia de combustibles fósiles podrían repetir este escenario en la próxima década.