Quito, 11 de noviembre de 2025 - En un operativo de alta seguridad ejecutado durante la madrugada de este martes, el Gobierno Nacional, a través del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI), ha hecho efectivo el traslado de 300 reos considerados de alta peligrosidad, incluyendo al exvicepresidente Jorge Glas, a la nueva cárcel de máxima seguridad "El Encuentro", ubicada estratégicamente en la provincia de Santa Elena.
Este movimiento representa la inauguración operativa del centro penitenciario, concebido como el pilar fundamental de la nueva política de seguridad y rehabilitación del Ejecutivo, enmarcada en el "Plan Fénix". La operación, que contó con la participación de más de 1.500 efectivos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, se inició simultáneamente en varios centros de privación de libertad, principalmente desde la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil, foco de numerosas crisis carcelarias en años recientes.
El SNAI ha comunicado que los reos trasladados corresponden a líderes de organizaciones delictivas y otros individuos con perfiles de "alta peligrosidad", cuyo aislamiento, según las autoridades, es crucial para desarticular las redes de mando criminal que operan desde el interior de las prisiones.
"El Encuentro": ¿El Fin del Hacinamiento y el Crimen?
La cárcel "El Encuentro" ha sido promocionada por el Gobierno como una instalación "modelo" en Latinoamérica, diseñada bajo estándares internacionales de máxima seguridad. Con capacidad para 800 internos en su primera fase, el centro cuenta con inhibidores de señal celular y satelital de última generación, sistemas de vigilancia con reconocimiento facial, celdas unipersonales para aislamiento estricto y estrictos protocolos de visita.
El presidente de la República, en una breve declaración esta mañana, aseguró que "este no es un simple traslado, es un mensaje claro: el Estado ha retomado el control de las cárceles. Se acabó la era en que los delincuentes gobernaban pabellones y ordenaban crímenes desde sus celdas".
Sin embargo, la medida no ha estado exenta de críticas. Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por la falta de información detallada sobre las condiciones del nuevo centro y el acceso a la defensa legal de los trasladados. A las afueras de la Penitenciaría del Litoral, decenas de familiares se congregaron buscando información, denunciando no haber sido notificados previamente del traslado.
El Caso Glas: Un Traslado Político y Simbólico
Sin duda, el nombre que más resuena en este operativo es el de Jorge Glas. El exvicepresidente, quien se encontraba recluido en la cárcel de "La Roca" en Guayaquil, fue parte del contingente movilizado a Santa Elena. Su situación legal, que combina sentencias por corrupción y un reciente proceso por peculado, lo mantiene en el centro del debate político.
Analistas políticos sugieren que el traslado de Glas a la nueva cárcel de máxima seguridad tiene un fuerte componente simbólico. Para el Gobierno, demuestra que no hay privilegios y que su política de "mano dura" se aplica a todos por igual, buscando neutralizar cualquier influencia que el exmandatario pudiera aún ejercer. Para los seguidores del exvicepresidente, la medida es vista como una "escalada en la persecución política" y una vulneración de sus derechos.
El SNAI ha insistido en que "El Encuentro" garantizará la integridad de todos los reos, incluido Glas, pero que las condiciones de reclusión serán drásticamente más estrictas que las de La Roca. Con esta acción, el Gobierno busca cerrar un capítulo de descontrol carcelario, aunque el verdadero desafío será demostrar que "El Encuentro" puede sostenerse en el tiempo como un centro de rehabilitación efectivo y no solo como una bodega de aislamiento de alta tecnología.