Washington, 25 de agosto de 2025. El presidente Donald Trump volvió a ocupar titulares al firmar este lunes una orden ejecutiva que elimina la figura de la fianza sin efectivo o cashless bail, medida aplicada en algunos estados durante la última década con el objetivo de reducir la discriminación económica en el sistema judicial. La decisión de Trump, que ya había sido anticipada durante su campaña, marca un giro radical en las políticas de seguridad interna, y se suma al anuncio de un ambicioso acuerdo con Corea del Sur para construir astilleros en Estados Unidos por 150.000 millones de dólares.
La polémica por la fianza sin efectivo
El sistema de cashless bail fue implementado en ciudades como Nueva York y Chicago con la intención de que personas de bajos recursos no permanecieran encarceladas por delitos menores únicamente por no poder pagar. Sus defensores argumentaban que era una medida de equidad. Sin embargo, críticos —incluido Trump— sostienen que la práctica permitió que delincuentes reincidentes quedaran libres en pocas horas, lo que supuestamente incrementó la inseguridad.
“Con esta orden ejecutiva devolvemos la seguridad a nuestras calles”, declaró Trump en un acto en la Casa Blanca. “No más criminales peligrosos caminando libres porque un juez decidió que no debían pagar”. Organizaciones civiles, como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), respondieron calificando la medida como un retroceso que afectará principalmente a los sectores más pobres.
El megaplan industrial con Corea del Sur
Más allá del ámbito judicial, Trump sorprendió al confirmar un acuerdo con el presidente surcoreano Lee Jae-myung para la construcción de astilleros en puertos estratégicos de EE.UU.. El proyecto busca reforzar la industria naval estadounidense, crear miles de empleos y mejorar la capacidad defensiva en un contexto de tensiones con China en el Pacífico. Se espera que los primeros contratos se firmen antes de finalizar el año y que los astilleros estén operativos en 2030.
Expertos en defensa consideran que la inversión responde no solo a la necesidad de infraestructura, sino también a un movimiento geopolítico: asegurar cadenas de suministro y estrechar lazos con Corea del Sur como aliado clave en Asia.
Repercusiones políticas
La doble medida —mano dura en seguridad y fortalecimiento industrial— refuerza la imagen de Trump como un líder que mezcla populismo punitivo con nacionalismo económico. Analistas advierten que la decisión sobre la fianza podría generar protestas en grandes ciudades, mientras que el plan de astilleros podría ser visto como un incentivo electoral en estados costeros y en regiones industriales golpeadas por la deslocalización.
La jornada del lunes, en definitiva, mostró a un Trump decidido a marcar agenda en temas sensibles: justicia, seguridad y empleo, en un país profundamente polarizado.