El Gobierno del presidente Daniel Noboa se encuentra en una carrera contra el tiempo para evitar la entrada en vigencia de un arancel del 15% que Estados Unidos aplicará sobre varios productos ecuatorianos a partir del 7 de agosto de 2025. La vocera presidencial, Carolina Jaramillo, confirmó que las negociaciones están en su cuarta ronda y que actualmente se discuten aspectos técnicos sobre tarifas.
Durante una rueda de prensa desde Carondelet, Jaramillo aseguró que la medida estadounidense tomó por sorpresa al Ejecutivo, pero resaltó que se mantienen conversaciones activas con el objetivo de obtener resultados favorables en beneficio de los exportadores. “Esperamos tener buenas noticias en los próximos días”, declaró.
Impacto directo sobre productos sensibles como flores y manufactura
Los sectores más afectados por esta medida serían el agrícola y el manufacturero. Entre ellos, destacan las flores, uno de los principales productos de exportación hacia el mercado estadounidense. La aplicación del arancel pondría en desventaja competitiva a los exportadores ecuatorianos, lo que podría provocar una caída en ventas y empleo en sectores estratégicos de la economía.
Estados Unidos es uno de los socios comerciales más importantes de Ecuador. Un aumento arancelario en esta relación podría alterar significativamente la balanza comercial y afectar los ingresos del país en momentos en que la economía busca estabilidad tras años de crisis e incertidumbre.
No se negocia un TLC, sino el desmontaje de trabas comerciales
Contrario a lo que podría pensarse, Ecuador y EE. UU. no están negociando un Tratado de Libre Comercio (TLC). Lo que está sobre la mesa es el desmontaje de barreras paraarancelarias, como normas técnicas, cupos, restricciones fitosanitarias o etiquetado obligatorio, que durante años han dificultado el comercio bilateral.
Según Alejandro Martínez, presidente ejecutivo de Expoflores, estas “trabas” o “irritantes” técnicos han contribuido a que Ecuador sea incluido en el grupo de países sancionados con sobrecargas tarifarias por parte de la administración Trump, que busca reducir el déficit comercial de EE. UU.
En este contexto, Ecuador ha enviado una carta de intención comprometiéndose a revisar y desmantelar gradualmente estas medidas, algunas de las cuales implican incluso cambios legales estructurales, como una reforma al Código Ingenios.
Oportunidad para modernizar el comercio ecuatoriano
A pesar de la presión del tiempo, este escenario representa una oportunidad para que Ecuador modernice su sistema comercial y se vuelva más transparente y competitivo. La eliminación de prácticas distorsionantes, el alineamiento con estándares internacionales y la mejora en la calidad normativa pueden beneficiar a largo plazo a la economía nacional.
Empresarios y expertos coinciden en que el Gobierno debe actuar con celeridad, pero también con visión estratégica. Más allá del alivio temporal de los aranceles, el país necesita fortalecer su institucionalidad comercial para evitar sanciones futuras y garantizar un acceso sostenible a mercados clave.
Conclusión
La imposición de un arancel del 15% por parte de Estados Unidos amenaza con golpear duramente a sectores productivos ecuatorianos. Las negociaciones actuales no son solo una lucha por evitar un nuevo costo arancelario, sino una oportunidad para replantear el modelo comercial del país. Si Ecuador logra aprovechar este momento, podrá no solo frenar un golpe económico inminente, sino también allanar el camino hacia un comercio más justo, moderno y competitivo.
