Miércoles, 6 de agosto del 2025.
Daniel Noboa retoma propuesta para legalizar casinos mediante nueva consulta popular
El presidente ecuatoriano Daniel Noboa ha retomado su propuesta de legalizar los casinos en el país, esta vez incluyendo el tema en una nueva consulta popular. Esta sería la segunda ocasión en que el mandatario busca abrir paso a los juegos de azar mediante un proceso de votación ciudadana.
La propuesta forma parte de un nuevo paquete de reformas que Noboa pretende someter a consideración de la ciudadanía. En la consulta anterior, realizada en abril de 2024, ya se incluyó la pregunta sobre la reactivación de los casinos, sin embargo, el tema fue finalmente descartado antes de llegar a las urnas.
Ahora, el Ejecutivo vuelve a apostar por esta iniciativa, con el argumento de que los juegos de azar pueden generar empleo, atraer inversión extranjera y dinamizar el sector turístico. Según el Gobierno, permitir la instalación de casinos, casas de apuestas y salas de juego controladas podría beneficiar a la economía nacional, especialmente en zonas costeras y turísticas como Salinas, Manta o la Amazonía.
Cabe recordar que en 2011, los ecuatorianos votaron a favor de prohibir este tipo de establecimientos, decisión que obligó al cierre de todos los casinos y salas de juegos en el país. El actual Gobierno considera que, más de una década después, es momento de reconsiderar esta postura en función de los posibles beneficios económicos.
No obstante, esta propuesta no ha estado exenta de críticas. Diversos sectores sociales y políticos han manifestado su preocupación por el posible aumento de problemas asociados al juego, como la ludopatía y la inseguridad. También se ha señalado que la legalización de los casinos podría abrir puertas a prácticas como el lavado de dinero si no se establecen controles estrictos.
Aún no se ha confirmado la fecha de la consulta ni la redacción final de las preguntas. Sin embargo, la intención del presidente Noboa de incluir este tema nuevamente en la agenda nacional genera debate y anticipa una nueva pugna entre los sectores que defienden el impulso económico y aquellos que priorizan los riesgos sociales.