Quito, 9 de julio del 2025.
Red de corrupción carcelaria: La pareja de alias ‘Fito’ manejaba pagos a guías, policías y directivos para mantener el control de Los Choneros en las cárceles del Ecuador.
Una compleja red de corrupción vinculada al grupo criminal Los Choneros ha quedado al descubierto tras una serie de investigaciones realizadas por la Fiscalía General del Estado y unidades de inteligencia del Gobierno Nacional. En el centro de esta estructura se encuentra la pareja sentimental de Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’, quien habría sido pieza clave en la operación financiera de la organización criminal, encargándose de distribuir sobornos mensuales a funcionarios públicos de diferentes rangos.
La mujer cuya identidad permanece en reserva por motivos de seguridad— manejaba una “nómina” en la que figuraban nombres de guías penitenciarios, policías activos, personal administrativo, e incluso directivos de centros carcelarios. Esta lista, que funcionaba como una especie de sistema de fidelización del crimen organizado, garantizaba a Los Choneros una red de protección dentro y fuera de los muros de las prisiones.
Un sistema de control interno
Los pagos, según informes de inteligencia, podían superar los USD 3.000 mensuales por funcionario, dependiendo del rango, el nivel de acceso a información sensible y la capacidad de influir en decisiones administrativas. Gracias a estos sobornos, miembros del grupo criminal obtenían privilegios como acceso a armas, teléfonos satelitales, internet, visitas sin control, y traslados entre pabellones e incluso entre centros penitenciarios sin cumplir requisitos legales.
También se ha documentado la presunta facilitación de salidas temporales no autorizadas de internos de alto perfil, simulando traslados médicos o audiencias judiciales. En algunos casos, los internos eran escoltados por miembros de la Policía Nacional sin mayor revisión.
El rol de la pareja de ‘Fito’
De acuerdo con las investigaciones, la pareja de alias ‘Fito’ no solo organizaba los pagos mensuales, sino que también coordinaba reuniones clandestinas con funcionarios corruptos en hoteles, restaurantes o incluso en las inmediaciones de centros comerciales. Allí se entregaban sobres con dinero en efectivo o se concretaban transferencias bancarias disfrazadas de pagos por servicios ficticios.
Además, ella habría sido pieza fundamental en la reestructuración financiera de Los Choneros tras la muerte de Jorge Luis Zambrano, alias ‘Rasquiña’, en 2020. Desde entonces, alias ‘Fito’ consolidó el liderazgo del grupo, estableciendo una red de lealtades internas y externas basada en el dinero, la intimidación y la corrupción.
El colapso del sistema penitenciario
Este caso pone nuevamente en el centro del debate la crisis estructural que atraviesa el sistema penitenciario ecuatoriano. En los últimos años, Ecuador ha sido escenario de masacres carcelarias que han dejado cientos de reclusos asesinados, muchos de ellos víctimas de enfrentamientos entre bandas rivales como Los Choneros, Los Lobos, Tiguerones y Lagartos.
La información revelada apunta a que estas masacres no solo son producto de rivalidades internas, sino que se desarrollan en un contexto donde los grupos criminales operan con total impunidad y control, muchas veces con la colaboración directa de quienes deberían velar por la seguridad.
Repercusiones institucionales
El Ministerio del Interior ha emitido un comunicado anunciando una intervención urgente en el sistema penitenciario y la depuración de funcionarios vinculados al crimen organizado. “No toleraremos ni un solo acto de corrupción dentro del sistema. Vamos a identificar, sancionar y judicializar a todos los funcionarios que han traicionado la confianza del Estado”, dijo el ministro Miguel Valenzuela.
Por su parte, la Fiscalía ha iniciado procesos penales por delincuencia organizada, lavado de activos, asociación ilícita y cohecho. Las investigaciones podrían extenderse hacia redes bancarias, empresas fachada y personas naturales que habrían colaborado con el manejo de los recursos económicos de la banda.
Reacción ciudadana y pedido de justicia
Organizaciones civiles y familiares de víctimas de violencia carcelaria han exigido que este nuevo escándalo no quede en la impunidad. “Mientras nuestras familias lloran a sus muertos en las cárceles, hay quienes se enriquecen a costa de la corrupción y el dolor. El país necesita una reforma integral urgente”, expresó Mónica L., representante de una asociación de familiares de reclusos.
El caso de la “nómina de Fito” podría convertirse en uno de los mayores escándalos de corrupción penitenciaria en la historia del Ecuador, y marcar un punto de inflexión en la lucha contra las mafias que han infiltrado al Estado.