Santa Lucía, Guayas. – La madrugada del miércoles, un ataque armado perpetrado en un club nocturno de Santa Lucía, provincia de Guayas, dejó un saldo de ocho personas muertas y tres heridas, en uno de los episodios más sangrientos que ha vivido la región en los últimos meses. El hecho, que ha conmocionado a la comunidad, se enmarca en un contexto de ola de violencia que azota a varias provincias del país.
Según los primeros reportes policiales, el ataque se produjo alrededor de las 2:00 de la madrugada, cuando un grupo de hombres fuertemente armados llegó al lugar a bordo de motocicletas y vehículos particulares. Sin mediar palabra, los atacantes abrieron fuego contra las personas que se encontraban en el establecimiento. Testigos indicaron que el pánico se apoderó de los clientes y trabajadores, quienes intentaron ponerse a salvo entre el caos.
Investigación en curso
El Ministerio del Interior confirmó que unidades de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas desplegaron un operativo en la zona para dar con los responsables. Hasta el momento no se ha confirmado si el ataque estuvo dirigido a personas específicas o si fue un acto indiscriminado. Las autoridades manejan como posibles móviles el ajuste de cuentas entre bandas criminales y la disputa por el control territorial en el marco del narcotráfico.
El alcalde de Santa Lucía, visiblemente afectado, declaró que este tipo de hechos refleja la necesidad urgente de fortalecer las medidas de seguridad en la provincia. “Nuestra gente vive con miedo. Necesitamos que el Gobierno actúe con firmeza para devolver la paz a nuestras calles”, manifestó.
Reacciones y contexto nacional
En las últimas semanas, la provincia de Guayas ha sido escenario de varios ataques armados y atentados, lo que ha generado alarma a nivel nacional. Organismos de derechos humanos han expresado su preocupación por el incremento de la violencia y el alto número de víctimas civiles.
La ciudadanía exige respuestas inmediatas, mientras el presidente Daniel Noboa mantiene su plan de estado de excepción y despliegue de fuerzas militares en zonas consideradas de alto riesgo. Sin embargo, críticos aseguran que las estrategias no están frenando el avance del crimen organizado.
Impacto social y económico
Este nuevo episodio no solo golpea la seguridad ciudadana, sino también la economía local. Comerciantes y dueños de establecimientos de ocio han manifestado que la violencia ha reducido drásticamente la afluencia de clientes, provocando pérdidas significativas.
Mientras tanto, los familiares de las víctimas claman por justicia y piden que los culpables sean capturados y procesados con la máxima severidad que contempla la ley. En el hospital local, tres personas heridas permanecen bajo atención médica, dos de ellas en estado crítico.